viernes, 19 de enero de 2007

Empezando a teorizar...

Sobre inquietudes y periodistas

Tengo una teoría.
Bueno, tengo muchas (como diría aquel del Informal), y casi todas basadas en lo primero que se me pasa por la cabeza. Como la mayoría de ellas no creo que lleguen a ningún futuro prometedor como tesis doctoral o como simple comentario inteligente, que ya sería más que reconfortante, he decidido crear un blog (también soy muy original, es otra de mis virtudes) para poner de manifiesto todas estas inquietudes que me reconcomen.
Yo antes tenía más inquietudes, pa' que nos vamos a engañar. Antes de estudiar me refiero. Antes de estudiar una carrera universitaria, pa' ser más concretos. Y es que si estudias alguna carrera con futuro como la mía (periodismo) o la de mis congéneres facultativos (veáse comunicadores y derivados), olvídate de todo ese rollo de 'me creo importante porque soy universitario'. La verdad es que llegas, te acojonas porque empiezan a llamar a las cosas por nombres raros ( recordemos títulos tan emblemáticos como "¿Por qué llamarlo reprografía cuando quieren decir fotocopiadora?" o la aplaudida aparición de Construcción histórica de la realidad y de su evolución social en el papel de Historia Contemporánea ).
Después de haber superado el shock inicial, descubres que lo único que diferencia al instituto de la universidad, es que comienzas a beberte entre clases, y poco después durante las horas de las propias clases, botellines y botellines de cerveza.
Y es que poco a poco comprendes que el éxito se alcanza básicamente dominando el señor powerpoint para hacer las presentaciones la noche anterior al día de la entrega (esto es una ley universal e inexcrutable), casi siempre entre cerveza y cerveza, dicho sea de paso. Pero no olvidemos al todopoderoso QuarkXPress, un galáctico del periodismo que sólo se consigue dominar a través de un continuo boicot a los macintosh de la universidad.
Las cosas se ven con más claridad, más simples. Hay cosas que suman, y cosas que no suman. No suman los trabajos extras, la lectura de libros de la bibliografía, ni la asistencia (aunque sea en algunos casos voluntaria pero con un control diario de firma, dni y huellas dactilares para el FBI).Para los despistados, la cafetería no suma puntos (bueno, depende si te bebes las cervezas con el profesor) y, por supuesto, las constantes preguntas coñonas en clase no suman puntos, aunque algunos se empeñen en demostrarlo reformulando las teorías que se explican en preguntas retóricas para hacerse los snobs. Sin embargo, sí que suman puntos las..."atenciones" constantes hacia los profesores (y entiéndase como se quiera). Y a veces ni eso.
Y tus cuatro años pasan rápido como una bullet theory, entre teorías de Laswell, McLuhan y teorizaciones propias sobre las imágenes improntadas que son copias pero originales de una imagen creada por adicción de pigmentos, que, a su vez puede ser móvil (si la movemos). Mientras ves pasar a esos personajes que te acompañan por los pasillos pensando que podrían englobar sus comentarios en unos graciosos balloons o nubecillas. Bueno...y cómo olvidar esa mítica enseñanza de "be línea, my friend". ¡Ay! las líneas, "las historias de los puntos", qué sería de los puntos sin ellas.
Aún espero que alguien me pregunte por la definición de línea en una entrevista de trabajo, estoy expectante. El día que lo hagan me voy a poner tan nerviosa que se me va a trabar la lengua...
Y como habréis podido observar esta complejidad argumental entraña una serie de vínculos internos que, reflejados en los resultados académicos, previamente formulados por los profesores en actos programados de antemano a través de diversos cuestionarios son, en su mayoría, claramente inventados. ¿Esto que quiere decir? que a los niños no hay que pegarles. O lo que es lo mismo, los exámenes se rigen por la ley del máximo común inventor. Y esta misma ley es aplicable a la mayoría de los trabajos, prácticas y demás documentos que los profesores usan para calzar la mesa. Si no os habéis coscado de lo que he dicho he cumplido mi misión. Qué menos...¡soy licenciada!. Mi táctica del despiste está más que trillada. Yo me invento las cosas, y tu haces como que te las tragas y todos felices.
Al fin y al cabo, se supone que hemos sido creados para hacer esto el resto de nuestras vidas...





para esto, o para hacer del tío que pone crucecitas en los polígrafos del Diario de Patricia.



...o para hacer de polígrafos.

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