miércoles, 24 de enero de 2007

La nueva generación

El otro día ví en el telediario de Antena3 (informativo serio, parcial y sobre todo con noticias de gran importancia cultural como las que tratan de la reemisión de ‘Aquí no hay quien viva’), un reportaje de investigación de lo más interesante: los adictos a las series de TV. Y salía un señor con pinta de friki (dato importante si tenemos en cuenta lo que voy a decir a continuación), diciendo que le había dicho a su mujer que le quería poner a su hijo Homer o Bart (todo cuadra, ¿no?).
Mira, tío, llegados a este punto tenemos un problema ¿eh?. ¿Cómo que le vas a poner Homer al niño?. “Podrían decirle Joyuuuu”. ¡Y tú deberías saberlo si dices que has visto todos los capítulos de los Simpsons! (cosa que no es difícil porque Antena 3 los emite desde que se fundó la cadena).
Los Simpsons nos han marcado a todos, no tanto como a este enfermo (digo esto mientras escribo con unos patucos con la cara de homer y una manta de spiderman por encima), pero de algún modo u otro, ahí están, influyendo constantemente en nosotros.
Creo que las generaciones se diferencian por las series que vieron de pequeños y de más mayorcitos las personas que lo componen.
Yo soy de la generación Bola de Dragón, y como todos los que se han criado con Goku, no podemos evitar decir “Fuuuuuusión”, “onnnndaaa viiitall!”, y cosas incoherentes del estilo. Menos los pobres gallegos, que tienen una versión de la ‘intro’ un tanto catastrófica, por no decir penosa y no herir sentimientos (iros a San Youtube y comprobadlo vosotros mismos).
El caso es que tenemos la melodía de ‘Campeones’ insertada en el cerebro y nos tragábamos que un pase de durase más de tres capítulos. Efectivamente, el penalti más largo del mundo no lo inventó el cine español, sino Oliver Aton, y eso sólo lo saben los miembros de nuestra generación. Al igual que se saben (nos sabemos) la intro y la despedida de Willy Fog (interpretada por Mocedades…sí pequeñines, no os avergoncéis…) y una lamentable canción que compuso Emilio Aragón (sí, es cierto) para La aldea del arce. Bueno, si lo pienso bien tampoco era tan lamentable. Y luego tenemos a Chicho Terremoto, que hizo que todos los chicos se volvieran como locos levantándole las faldas a las chicas para comprobar si llevaban bragas blancas y gritar “¡tres puntos colega!” con el signo de la victoria. Yo creo que todos chicos de la generación bola de dragón creen que las bragas blancas son las más bonitas (aunque no tengo pruebas fehacientes que demuestren este hecho).
Luego estaban ‘Los Mosqueperros’, que yo por lo menos le decía los nombres de los perros a los protagonistas originales de la novela de Dumas (aunque nos cueste creerlo, no fue al revés). Si es que uno oye: “Eran uno…” y falta tiempo pa’ que uno se enzarpe y diga: “dos y tres! Los famosos mosqueperros!”. No podemos evitarlo. A mí me pasa con las canciones de ‘Los trotamúsicos’, que si recordáis eran Koki el gallo (el cantante que conquistaba a todas las gallinitas del corral), Lupo el perro (que tocaba la trompeta), Burlón el gato (el saxofón) y Tonto el burro (la batería). Algo así como El canto del loco en la actualidad, pero en vez de cantar Zapatillas cantaban ‘Koki eres el rey del corral’, que viene a ser lo mismo. Además, estos no cantan con la presión que tenían los Trotamúsicos, que huían en todos los capítulos de los mafiosos chungos.
Yo tenía (bueno, tengo a mi pesar ) un amigo que se sabe todas las melodías de las canciones infantiles. Ahora que lo pienso tengo más de uno. Pero es que éste en concreto se sabe hasta la de “Spiderman an jis amaiiiiiiizin frenndds” (sí, la de spiderman con una mujer de fuego y un hombre de hielo) y con coreografía incluída. Algunos privilegiados son testigos de lo que estoy contando. Es digno de ver una persona de 22 años intentando simular que trepa una pared mientras tararea la canción.
Sí. Estragos mentales de este tipo causaron los dibujos animados de la generación bola de dragón. Bueno, pero éramos felices. A pesar de que los guionistas intentaban que fuésemos unos desgraciados deprimiéndonos con las aventuras de ‘Calimero’ que siempre estaba quejándose de todas las injusticias del mundo mundial o el pobre ‘Alfred J.Kwak’, que era un pato que su padre era un topo….Amos no me jodas. Si es que nos querían causar un trauma. Prueba de ello era ‘Marco’, todo el día llorando ahí buscando a su madre que lo había abandonado. “Algo habrás hecho, anda vete a buscarla y le pides perdón”. Marco seguro que se está cagando todavía en el que le dijo eso: “Si lo llego a saber iba a ir a los Andes la tuya a buscarla”.Que el pobre Marco ni comunión, ni Reyes, ni ná. Y un mono dando por culo to el día. Unos puteados de la vida los tres. En la actualidad seguro que serían mileuristas, no tendrían vivienda y habrían estudiado periodismo.
Y luego estaban los personajes graciosetes con acento andaluz (vivan los tópicos). En Willy Fog estaba el ratón Rigodón y en los Fruittis (esa serie donde una niña fumada en bikini estaba todo el día hablando con las frutas…), estaba Gazpacho, cuya frase más emblemática era: “Uuuuejejééle!”.
Yo es que me imagino a los guionistas:
-Illo que nos falta el gracioso.
- Ostias… a ver, ¿qué fruta falta por salir?
- Pos la sandía, la piña…
- No hombre, que la sandía es el alcalde. Pon la piña.
- Pero una piña no es andaluza.
- Bueno, carajo, pos ponle gazpacho.
- ¿Pero cómo le vas a poner gazpacho a una piña?
No, un tomate no podía ser.


Por cojones la piña, colega: "Ponle un gorro y yasta, total, los niños que van a saber".


Con razón a mí no me cuadraba que el gazpacho de mi madre fuera rojo. Me tiré años sospechando…. “¿de dónde sacará mi madre las piñas colorás?. Todo por los puñeteros fruittis del carajo. Y luego dicen que las series son educativas.
¿Y el ‘Inspector Gadget’?. Seguro que más de uno dijo en su día: “Adelante gadchetocóptero!” y se metió un leñazo contra el suelo al tirarse desde lo alto de la escalera. Ni un letrero de “no hagan esto en casa” o “escena rodada por especialistas”. Vamos, que esto lo ven ahora los controladores estos de la TV y lo censuran. Que era peor que los supuestos ataques epilépticos de los Pokemon.
Por no hablar del pesado de Epi, que yo no le deseo ni a mi peor enemigo que llegue a compartir piso con semejante personaje. ¡¡Por Dios, Blas tiene que estar en el cielo de los muñecos con cara de piña!!.

Frutas que hablan, tortugas mutantes, conejitos con felpas y moños, un niño y un mono con pulgas de espaldas mojadas por ahí, una niña sospechosamente feliz en los alpes con su abuelo, unos perros con espadas, unos espermatozoides que decían llamarse snorkels, el rollo raro que se traían Epi y Blas, el rollo bollo de Heidi y Clarita, un niño que se mojaba y era una niña….

Mira, pensándolo mejor…
Anda hijo sí, ponle Homer al niño.


Total….el daño ya está hecho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

BUENIIIIIIIIIIIIISIMO, por dios, me he partio el ojete, me voy que los niños se asustan de mi. ¡¡Qué bueno hija puta!! JAJAJAJAJAJAJ