martes, 20 de marzo de 2007

Partituras

Ya es oficial.
Mi doctorado de música supera cada vez más los límites de lo absurdo.
Después de que una señora se empeñase en vengarse de los periodistas mal informados en mi persona mirándome con cara de odio y escupiéndome en la cara por no saber las últimas investigaciones de Farinelli, se dignó a enseñarnos una cosa superinteresante: la música en las catedrales españolas en el s.XVIII.
Sí, os doy permiso para bostezar, vosotros que podéis.
Básicamente, leemos textos (en inglés para más inri) de lo tontos que somos los españoles y de lo listos que son los italianos, alemanes y franceses. Que digo yo, que ya podíamos estudiar a Bisbal, que más trascendencia social, para bien o para mal, ha tenido el chaval. Hombre, ha inventado la patada giratoria. Ah no, que eso fue Chuck Norris. Pero bueno, que él la ha dotado de universalidad. Yo clasificaría a Bisbal en el grupo de cantantes cuya performance debe realizarse con el puño cerrado, rodillas en tensión y gritando como si te dolieran las tripas a reventar. También se incluiría aquí a David de María, por ejemplo. Es una nueva generación que antes no existía.
Pero bueno, si nos adentramos en el oscuro mundo de las performances musicales y las coreografías discotequeras, la cosa se pone más que interesante. Sobre todo si admiramos cualquier baile a ritmo de reaggeton. Sí, considero este estilo musical como una nueva forma de apareamiento vertical, he llegado a ver a dos bailando y tocándole las tetas por debajo de la camiseta.
¿Oye y qué le pasa a Alejandro Sanz, que le ha dado por cantar saetas?. Bueno, cantar es un decir, él más bien habla con tambores de fondo, como el pregón (y una vida) maravilloso que dio la Sara Montiel. Desde luego, que cada vez que lo oigo me lo imagino cantandole al Cristo de los Gitanos: "Ay a la primera persona que me ayude a caminar, ay niño, regalame la silla que tiene arte yo paso por tu puerta casi tos los días...". Si es que con el disco deberían regalar una trompeta y un canastillo de incienso.
Pero bueno, no divago más sobre la música popular contemporánea. Solo quería comentar mis frustaciones del día de hoy, entre las que se incluyen la transmutación por obra del espíritu santo de un poema en una partitura musical. Según un profesor que habla como el Marlo de La Hora Chanante (y que por ese motivo no soy capaz de prestarle atención), las palabras son como la música, y las vocales se miden en ciclos por segundo, según la consonante que los acompañe tienen mayor duración, vibración o frecuencia, y los versos tienen un ritmo, percusión y un compás determinado.
Que sí, que te has quedado a gusto ¿eh?.
Pues nada, a fumar se ha dicho. Que cuando ha dicho que si teníamos dudas yo le iba a preguntar que si las drogas pa hacer los deberes nos las financian ellos o nos las tenemos que pagar nosotros a tocateja.
Y me he acordado de otro profesor loco que tuve, que nos explicó la diferencia entre imagen móvil e imagen fija con un proyector y moviendo una mano. Después de eso, ya uno de verdad que se plantea su vida. Más que su vida, su ubicación espacio temporal, porque piensa: "A ver, yo terminé la ESO, luego el Bachillerato...y ¿estoy en la Universidad ya no?". Y una vez que te has reubicado piensas: "Soy gilipollas". Y sales de clase corriendo hasta la cafetería pa ahogar las penas en alcohol.
He vuelto a sentir esa sensación mientras el profesor insistía en encontrar la musicalidad de la palabra 'jabalí' y otro se empeñaba en explicarme que las voces del pasillo eran un ruido intruso en el paisaje sonoro de la clase que conformaba una isla de paz. Pero ha sido peor. Porque me he reubicado espaciotemporalmente y he pensado: "Mierda, estoy en un posgrado. Ergo, sigo siendo gilipollas".
Dicen que el periodismo es la carrera con un mayor índice de muertes por infarto (además de fracaso matrimonial).
Mira, pues yo prefiero eso a morir por suicidio, porque al paso que voy...
me veo buscando la musicalidad de los titulares a la hora de redactar una noticia y diciendo:
- "Shhh, el mineralismo va llegaarrrr" con los ojos perdidos en el techo, mientras escucho una obra de Liszt pensando en lo bonito que es el corno inglés.

Así que nada, intrusitos míos.
Aquí os dejo esta partitura.

Buenas noches desde mi isla de paz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

PORDIOS ACTUALIZAAAAA :P